miércoles, 16 de septiembre de 2009

Como partículas de magia.

La espera mereció la pena porque ahí estaban, ahí aparecieron después de muchas horas y de muchos años. Más guapos que en las fotos, más reales que en los videos y más encantadores que nunca.

Quería gritar, quería bailar, quería cantar saltando a la vez. Quería explotar entre tanta gente y llegar al momento en el que me moriría en tus pies.

Noche sin dormir, días sin comer, visitas inesperadas en los hoteles más céntricos de Madrid, ahí estabas, sólamente tú.




Poseidos por la multitud

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